Hace tiempo que debería haber escrito algo acerca de la MiniTransat. Pero ¿cómo escribir acerca de algo que me ha llegado tan hondo? La Mini te marca a fuego! (Nunca mejor dicho!!)
Podría escribir un diario, o mejor transcribir el diario de navegación, pormenorizando cada detalle de la aventura. Temo restarle poder.
Para alguien que adora la vida al viento, esta regata es una meta importante. Quizás podríamos decir que es un máster de vela. Donde hallamos valores perennes como el compañerismo, la solidaridad con los compañeros, la tenacidad, la perseverancia, etc.
El deporte de la vela es caro, pero no lo es porque sí, detrás de ese esfuerzo que significa la preparación para una travesía en alta mar, hallamos valores y conceptos puros, sin manipulación, sin adulteración, sin aditivos. Hallamos una vida honesta y sincera con la naturaleza, que no permite embustes.
Quiero compartir lo vivido, pero sin caer en la pedantería ni buscar réditos.
Larga amarras velero que tu lugar es la mar, no confundas el rumbo y manten la guardia, que la travesía es larga…